Comparar la causa palestina con el polisario es un aprovechamiento inmoral de una causa justa y un insulto a las víctimas en Gaza y el Sahara


 Entrevista a Juan Carlos Moraga, Presidente de Derechos Humanos Sin Fronteras

Con absoluta reserva, Derechos Humanos Sin Fronteras ha demostrado una capacidad de gestión pocas veces vista en organizaciones defensoras de estos derechos. La reciente liberación de su representante en Caracas, asilada 7 meses en la embajada de Colombia en Venezuela constituye un logro importante para esta institución que, en los últimos años, en forma sostenida y silenciosa, ha demostrado un efectivo y transversal trabajo en la defensa de los DDHH, logrando reconocimiento internacional y valoración de instituciones similares en 3 continentes. La liberación de la doctora María Alejandra Díaz, ex colaboradora de Hugo Chávez y disidente de Maduro, es un logro que culmina meses de un trabajo paciente y silencioso, pero que confirma la efectividad del trabajo realizado por DHSF.

Pero el camino no ha sido fácil, en cuyo transcurso su cara más visible, Juan Carlos Moraga, ha sido atacada ferozmente por los amigos de Maduro y del frente Polisario cada vez que entrega opiniones quienes, en su desesperación y sin ninguna prueba, inventan que Moraga ha sido agente de Pinochet, en circunstancias que en 1982 fue detenido, torturado y condenado por tribunales militares, como consta en el instituto nacional de los DDHH de Chile donde se demuestra que, a causa de las torturas, perdió el 40 % de la audición de su oído izquierdo, lo que se puede confirmar en el registro de quienes sufrieron prisión política y tortura, algo que ninguno de sus detractores puede mostrar y a lo cual Moraga reacciona diciendo que “será la justicia la que pondrá las cosas en su lugar”. Lo anterior porque existe certeza de que fue un actual defensor de Maduro y del frente Polisario quien lo delató a los servicios de seguridad y por lo cual fue registrado como preso político en la cárcel de Santiago el año 1983, fecha en que no andaba por las calles vestido de militar como se inventa en algunos escritos. Moraga nos recibe en las oficinas que ocupa derechos humanos sin fronteras en el centro de Santiago, donde responde a nuestras consultas.

P. Recientemente un representante del frente Polisario ha dicho que las causas saharaui y palestina son indisociables. ¿Qué opina de esto?

R.- Esa declaración es una demostración palpable del oportunismo y desfachatez de personajes que, sin ninguna representación ni autoridad política o moral, intentan aprovecharse de la causa palestina para justificar la existencia de un grupo separatista investigado en tribunales internacionales por delitos comunes, como el robo de ayuda humanitaria y graves violaciones a los derechos humanos. No solo es el aprovechamiento inmoral de una causa justa, sino también una falta de respeto a quienes hoy sufren los ataques del sionismo en Cisjordania y Gaza, además de ser un insulto a las propias víctimas del Polisario que, a través de organizaciones creadas por ex miembros de su propio grupo, han denunciado los crímenes y delitos que se cometen en los campamentos de refugiados administrados por este grupo en territorio de Argelia y tolerados por el gobierno de este país.

P. El Polisario dice que “la causa saharaui y palestina son indisociables, dos combates contra el colonialismo y por la autodeterminación. Defenderlas juntas refuerza su legitimidad …

R.- Hace 20 años en nuestro continente el polisario actuaba sin contrapeso porque nadie, desde la sociedad civil o los parlamentos denunciaba la falsedad de su propuesta. Hoy vivimos una realidad distinta. La mayoría de los parlamentos de américa latina ha sido informado de la realidad del Sahara, de los crímenes del Polisario y de la propuesta de autonomía regional para la zona de conflicto presentada por Marruecos en Naciones Unidas, lo que ha significado un gran  reconocimiento para esta iniciativa y el apoyo de organizaciones en la sociedad civil, en cuyo proceso han quedado al descubierto las mentiras y delitos de este grupo que hace mucho dejo de ser revolucionario para terminar convertido en una banda delictual que roba, asesina y reprime a sus propios compañeros.

P.- Pero ¿qué pruebas tiene usted para denunciar esto?

R.- Como fundación hemos visitado el norte de áfrica, entrevistado las víctimas de origen saharaui y sabemos de su gran decepción por haber creído en este grupo. También constatamos el alto valor que los saharauis entregan a la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en Naciones Unidas. Son los saharauis quienes nos informaron de estos delitos. Una de sus organizaciones, la asociación saharaui para la defensa de los DDHH (ASADEDH), integrada por ex miembros del Polisario, nos dio las pruebas jurídicas y copia de las denuncias presentadas en tribunales internacionales. Cuando presentamos denuncias lo hacemos con fundamento y sabemos de qué hablamos donde, además, podemos informar que esa organización, ASADEDH, hoy es parte de derechos humanos sin fronteras.

P.- Ustedes han denunciado estos delitos en instancias internacionales, ¿Nos podría decir más sobre esto?

R.- Como le dije, una de estas organizaciones es ASADEDH y también nos coordinamos con instituciones amigas de áfrica, además de presentar esta situación ante el alto comisionado de la ONU para los DDHH, la cuarta comisión de Naciones de Naciones Unidas y parlamentos de Latinoamérica con copia a las más importantes y prestigiadas organizaciones defensoras de los DDHH de nuestro continente donde antes solo se escuchaba al polisario y hoy existe una mirada más amplia y objetiva sobre lo que realmente ocurre en el Sahara. También, junto a las pruebas de estos delitos, hemos entregado un listado de personas ejecutadas por este grupo y otras víctimas que han muerto bajo tortura en los centros de detención que mantiene el Polisario en territorio de Argelia. Esos datos indesmentibles están en conocimiento de instancias internacionales y ahora estudiamos nuevas presentaciones en contra de quienes resulten responsables y también de sus cómplices que, en distintos países, ocultan estos abusos y justifican los crímenes. Eso es complicidad y por lo mismo, de acuerdo a nuestros abogados, hay mérito y pruebas para que estos cómplices sean procesados y castigados. En eso no descansaremos.

 

Señor Moraga, ¿usted cree que por hacer estas denuncias lo han atacado en lo personal y tan duramente?

Tengo claro quiénes son los que nos atacan, los que reproducen publicaciones de hace 10 o veinte años, sin nada consistente y lo tenemos más claro aún después de confirmar que entre los que descalifican se encuentran precisamente soplones de la dictadura de Pinochet, uno de los cuales me entregó a los servicios de seguridad de la dictadura en 1982 y hoy defiende a Maduro y al Polisario. En mi vida fui el funcionario de confianza más joven durante el gobierno del presidente Allende, he sido reclamado por bando militar después del golpe de estado en 1973, viví el exilio en Alemania, he sufrido prisión política y tortura, como consta en documentos oficiales, y hoy encabezo una organización de DDHH con reconocimiento internacional y en lo personal me enorgullece tener amigos y amigas que se oponen a Maduro desde la izquierda en Venezuela y dan la cara en el Sahara para denunciar los crímenes del Polisario.

 

Mis hermanos y hermanas defienden a las víctimas. Quienes nos atacan defienden a los victimarios, a delincuentes y violadores de derechos humanos. Esa es la diferencia nuestra con estos bandidos y nosotros estamos orgullosos de que así sea.

P.- Usted es parte de la izquierda histórica de américa latina. ¿Existen hoy 2 izquierdas en nuestro continente?

Creo que hay una diferencia enorme entre lo que representa Maduro, con abusos y robo de elecciones, con lo que en su momento representó Salvador Allende que en 1968 no vacilo en condenar la invasión soviética a Checoslovaquia donde la izquierda de ese país intentó dar rostro humano al socialismo. Mientras Allende criticaba, la invasión fue apoyada por partidos que hoy justifican a Maduro y al Polisario. En cambio y gracias a Venezuela, instituciones prestigiadas de DDHH y gobernantes de izquierda como Lula o Boric y tal como hiciera Allende en vida, denunciaron el fraude electoral de Maduro, solidarizan con las víctimas y dan nuevo valor a la democracia y los derechos humanos. Sin duda esta nueva izquierda, a la que Maduro califica de traidora, representa un progresismo coherente y consecuente de nuevo tipo para el futuro, mientras los conservadores que todavía no asumen siquiera el termino de los socialismos reales del cual vivían o la caída del muro de Berlín, están condenados a permanecer en lo que Lenin llamaría, el basural de la historia.

 

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