Por. Dr. Raúl Fernández S.
Durante
muchos años el bastión principal del frente Polisario en américa latina se encontraba en Ecuador, donde su
representante, Pablo de la Vega, sin pudor manifestaba que la lucha saharaui era
“una causa noble y de liberación nacional para recuperar los territorios
ocupados por Marruecos”. Que “luchaba diariamente y usando las armas para
recuperar esos territorios en lo que antes era el Sahara español”.
Durante
años esa predica y sin que nadie lo desmintiera se manifestaba sin contrapeso
en américa latina y en Ecuador decía contar con la principal organización
sindical de ese país, la Confederación de trabajadores del Ecuador, lo que le
daba legitimidad y otorgaba respaldo. Incluso en fecha reciente, durante el congreso nacional de esa
importante central sindical, el representante Polisario mandó una carta
denunciando “las atrocidades de Marruecos” y
“la justa lucha del frente Polisario”.
Pero
todo comenzó a cambiar cuando hace un año el presidente de esta central, Edgard
Sarango, acepta la invitación de derechos humanos sin fronteras para asistir al
segundo encuentro internacional de los defensores de estos derechos en Santiago
de Chile, donde toma conocimiento de la propuesta de autonomía regional presentada por
Marruecos en Naciones Unidas y especialmente la violación de los derechos
humanos y otros delitos cometidos por el Polisario en territorio de Argelia (no
en territorios liberados), después de lo cual Sarango visita esos territorios
en el Sahara y la capital de Sahara , Layoun, donde no observa combates, sino
una ciudad tranquila, progresista, con un profundo respeto por las personas y
garantías para los saharauis en su desarrollo laboral, cultura, y personal.
Es
a partir de tanta evidencia que desmiente a los representantes del Polisario y
la convocatoria para realizar el III Encuentro internacional en Ecuador, lo que
revierte lo negativo de antes referente a Marruecos, en positivo, abriendo paso
a la verdad, donde se demuestra con testimonios verbales y audiovisuales la
realidad del sahara, que son los mismos ex miembros del Polisario quienes
denuncian las atrocidades de este grupo y los delitos que, al amparo de su
cúpula y la protección del régimen militar de Argelia, se cometen en los
campamentos de refugiados.
De
esta forma, en la misma tierra donde antes de la Vega predicaba como un apóstol
las instrucciones que le llegaban de sus jefes en Argelia, el tercer encuentro
de defensores de los DDHH publica en su
sitio web: “Durante el encuentro se tomó nota del informe sobre violación de los
DDHH enviado por la Asociación Saharaui para la defensa de los DDHH,
institución miembro fundadora de DHSF que denuncia, una vez más, graves
violaciones a los DDHH y delitos cometidos en territorio de Argelia por el
grupo paramilitar frente Polisario, documento al que se dio lectura, se aprueba
y se acuerda que DHSF sea parte en las instancias internacionales que sean
necesarias para denunciar estos delitos y terminar con las violaciones a los
derechos humanos cometidos por un grupo delictivo cuya cúpula ya se encuentra
investigada en tribunales internacionales por crímenes de lesa humanidad,
violación de mujeres, utilización de niños en tareas militares, robo de ayuda
humanitaria y delitos comunes”.
El
acuerdo del tercer encuentro, donde se encontraban representantes de
comunidades mapuches, de pueblos originarios de la Amazonía ecuatoriana, de los
trabajadores y de toda la sociedad civil, es el inicio de una verdadera cuesta abajo
en la rodada, como dice un tango, una necesaria y urgente derrota para este
grupo que ha hecho de las mentiras su razón de vida y de la cual sus
representantes viven.
Claramente
esto demuestra que el engaño puede mantenerse un tiempo, pero no siempre. En palabras del presidente de derechos
humanos sin fronteras, “denunciar estos crímenes no solo es una obligación ética
y moral, sino también un deber como
seres humanos, que como tales debemos proteger a otros seres humanos que viven
en peligro o son perseguidos y asesinados, como ocurre hoy en los campamentos
de Tinduf, dentro del territorio de Argelia. Ante estos crímenes no podemos
guardar silencio y nuestra obligación es denunciarlos donde sea y cuando sea”.
Sin duda un epilogo triste y vergonzoso para
quienes, por tanto tiempo y sin contrapeso, intentaron engañar a un continente entero
con mentiras que ocultaban sus verdaderos crímenes. Como se dijo en el tercer
encuentro sobre esto después de aprobarse el acuerdo sobre el Sahara: “hoy es
un nuevo comienzo”.
”.

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